viernes, 25 de septiembre de 2020

Jonathan Montans se divide entre sus dos pasiones: el fútbol para amputados y el footgolf.

El integrante de la Selección Argentina de fútbol para amputados, no solo es un apasionado por este fútbol sino que también comenzó a practicar footgolf, un deporte que combina las reglas del golf y la técnica del fútbol.  El oriundo de Merlo aspira a formar la Liga Nacional de  footgolf. 




Montans este año atravesó una operación que estuvo por dejarlo fuera de las canchas, pero los médicos le dieron la buena noticia de que puede seguir entrenando y jugando por lo que se prepara para el Mundial de fútbol para amputados del 2022 en Polonia.

En diálogo con Noti Amateur Sports compartió sus inicios en el fútbol, su nueva pasión por el footgolf y cómo, gracias al deporte, pudo revertir momentos difíciles en su vida. 

-¿Cómo fueron tus comienzos en la Selección de fútbol para amputados?

-Mis inicios con la Selección Argentina fueron a fines del 2008. Desde los 4 años hasta los 14 jugué al fútbol convencional, hasta que tuve la amputación y desde ahí no pude jugar más al fútbol de manera convencional. Yo jugaba con mis amigos en el barrio todos los días, soy de la época donde había un potrero muy cerca y pude aprovechar esos momentos. Con la Selección arranqué en el 2008, mediante Hugo Hereñú, que es el presidente de la Federación Argentina de Fútbol de amputados. Tuve una prueba en la Selección y les gustó como jugué. Más allá de jugar bien y tener las condiciones, prevaleció la inclusión para que pueda jugar y hacer una actividad deportiva. Desde el 2008 hasta hoy integro la Selección y tuve la oportunidad de jugar cuatro Mundiales, Copa América, Sudamericanos. Estoy muy feliz de haber vestido esta camiseta y cumplir un sueño que tenía desde chico, el poder jugar en la Selección. Cuando conocí este deporte fue algo muy lindo para mí. Es muy emocionante poder competir a nivel nacional e internacional. 

-¿Qué te llevó también al footgolf? 

-Conocía el footgolf por medios televisivos que lo transmitían y me interesaba y es algo que está bueno. Siempre dije que lo quería practicar pero nunca se daba. Estaba más metido en el fútbol. El año pasado conocí a Sergio Armenio y me invitó a jugarlo, pude practicarlo y me gustó. No es fútbol pero hay una pelota de por medio y eso me llama mucho la atención, es atrapante, es un deporte individual, muy estratégico y requiere de mucha tranquilidad. 

-¿Por qué decidiste invitar a otros deportistas, como a Silvio Velo, capitán de Los Murciélagos  a practicar el footgolf? 

-Primero se me ocurrió armar la categoría nuestra, pensé en la categoría de amputados ya que tengo la posibilidad  de conocer a muchos amputados a nivel país por el tema de la Selección y dí el puntapié para hacerlo, justo se dio este año que la pandemia complicó todo en este aspecto, pero no tengo dudas que el año que viene este deporte, a nivel nacional, al principio va a dar que hablar. Se está armando lo que es la categoría discapacidad ya sea física, ciegos, con algún retraso mental, sordos. La idea es invitarlos e incluirlos. El footgolf es un deporte de mucha caballerosidad y lo pueden practicar. Es una herramienta más para chicos que están en su casa que no encuentran todavía su hobbie. A mí me fascina lo que es tener una pelota de fútbol en el pie. Hasta que pueda hacerlo lo voy a hacer. 

-Este año atravesaste un problema de salud, ¿cómo fue ese periodo y que te dijeron los médicos en relación al deporte?

-A fin del año pasado empecé a hacerme estudios y me diagnosticaron un cáncer de uraco, que tiene conexión a la vejiga y desgraciadamente es maligno. Me pude operar tres días antes de la cuarentena ya que era una operación urgente. Gracias a Dios me hicieron una operación parcial, me sacaron un 50% de la vejiga, todo lo que era la parte tumoral y una vez que me operé arranqué con los tratamientos oncológicos. Hoy estoy en un 70% del tratamiento y lo terminaría en octubre. Me estoy cuidando al 100%. En esta pandemia estuve mucho tiempo en mi casa, tratando de no enfermarme, es un momento muy duro para mi familia, mi señora. Me tocó y lo afronté con mucha fuerza y confianza en los médicos y pidéndole a Dios que me ayudara. Los estudios que me hice esta semana están bien y los médicos están sorprendidos. Primero me dijeron  que no iba a jugar al fútbol y luego de la operación ven que  mi recuperación es un éxito y me encontré con la noticia que puedo volver a jugar al fútbol que es mi pasión. 




-¿Qué es el fútbol para vos? 

-El fútbol para mí es todo. Soy un apasionado del fútbol, lo miro todo el tiempo. Escucho la radio, me interiorizo del fútbol argentino y del internacional, veo todas las competencias, lo practico y hoy con 37 años puedo seguir jugándolo. Nací jugando al fútbol, desde los 4 años que me inicié y fue un amor a primera vista. No sé cómo lo tomaré cuando lo deje de jugar. Me tocó justo ahora esto de la operación, que podía haber sido el final de mi carrera y sé que ahora tengo una oportunidad más. Hace 23 años me habían dicho lo mismo y pude seguir jugando. No pienso retirarme todavía, tengo un objetivo claro que es retirarme después del Mundial 2022, siempre que el técnico me tenga en cuenta. 

-¿De qué manera el deporte te ayudó en momentos difíciles?

-El deporte me ayudó mucho en todo lo que pasé y en mi vida personal. Me gusta el paddle, el ping pong, el billar,  todo lo que tenga algo esférico, redondo. Si me pusieron un don a mí fue tener una pelota en los pies, tener un balón. Me apasiona todo esto. Hice el curso de técnico profesional y quiero trabajar de ésto el día de mañana.  Fue un cable a tierra para salir adelante con todas las trabas que tuve en la vida. Si me sacan el fútbol me sacan todo. 

-¿Cuáles son los nuevos objetivos tanto con la Selección de fútbol como con el footgolf?

-Primero terminar el tratamiento y que todo esté bien y luego tendré controles normales. A nivel Selección prepararme al máximo para estar en el Mundial del 2022. Seguramente en el 2021 esté el Sudamericano en Brasil que también participar. Además quiero preparar la Liga Nacional de Fútbol de amputados que estaba programada para este año y no se pudo jugar, seguramente se armará el año que viene. El año pasado salimos segundos en la Liga con el equipo "Los Lobos" de Buenos Aires.  Por otro lado el año que viene quiero encarar con todo lo que es el footgolf. Quiero que crezca esta disciplina, con el objetivo de armar una Liga de fútbol de amputados de Argentina y empezar a competir entre nosotros. Lo bueno que contamos con el apoyo de la Asociación de Footgolf. 

 


martes, 8 de septiembre de 2020

Facundo Arregui compartió un mensaje de esperanza sobre lo que realmente importa en la vida

El nadador paralímpico dejó un mensaje en su cuenta de Instagram @facuarregui7. Allí compartió cómo pasó de tener un gran año deportivo con medallas, con entrevistas, con gente a su alrededor a tener que atravesar una operación y cuando volvió a nadar se encontró que todo lo que consideraba bueno ya no lo podía alcanzar. Gracias al apoyo de la familia y de un psicólogo pudo darse cuenta de lo que verdaderamente era importante para él.

En diálogo con Noti-Amateur Sports expresó todo lo que vivió desde fines del 2018 donde comenzó su buen momento deportivo, hasta el 2019 donde atravesó un momento difícil y cómo llegó a valorar las cosas importantes de la vida. Ahora Arregui se encuentra entrenando con la mente puesta en los Juegos Paralímpicos Tokio 2021.


-¿Qué te sucedió en el 2019 donde considerás que no tuviste un buen año?
-Fue en realidad todo un cúmulo de cosas. Venía de un 2018 excelente a nivel deportivo y el hecho de haberme realizado esa cirugía tan importante para el bienestar de mi vida cotidiana hizo que tuviera un retroceso en mi rendimiento y eso a la vez llevó a que entrara en un periodo de frustración muy fuerte. El hecho de no sentirme el mismo de antes me llevó a perder un poco la confianza en mí mismo.

-¿Quiénes te ayudaron en ese momento?
-Sin duda los que me ayudaron a salir y estuvieron siempre cuando los necesité fueron mis familiares, mis amigos más cercanos y mi psicólogo, este último y mis padres sin dudas fueron los que más me ayudaron a salir de esa situación.

 -¿Por qué decidiste hacer un video para compartir lo que te pasó? 
-Decidí hacerlo porque sentía que era una buena forma de dar ese último paso para sanar por completo y darle un cierre final a esa etapa de mi vida. Además consideré que podía llegar a servir para dejar un mensaje a aquellas personas que hayan pasado o estén pasando por algo similar a lo que yo pasé. 

-¿Cuál es tu próximo objetivo?
-Estamos entrenando con miras a los próximos Juegos Paralímpicos en Tokio el año que viene. La verdad que venimos muy bien y con mucho ánimo. Espero llegar lo mejor posible y sobre todo disfrutar a pleno esa experiencia.

-De lo que aprendiste en este tiempo ¿Qué considerás qué es el éxito?
-Creo que es muy difícil definir que es el éxito, es un término muy amplio y creo que eso depende como uno lo mire desde su experiencia. Bajo mi punto de vista yo considero que el éxito es poder ser feliz con lo que uno hace, sentirse pleno y confiado de que se está en el lugar correcto. No veo el éxito como algo ligado a un resultado ni nada concreto, sino como una sensación de bienestar que coincide entre uno mismo y su entorno y con todo lo que va sucediendo alrededor del mismo y con el paso del tiempo.  

El nadador Facundo Arregui, escribió un texto con el cual armó un video para compartir lo que vivió,  lo que aprendió y lo que realmente importa a valorar en la vida. 


 “Lo que realmente importa” 

“Hola, ¿cómo están? Espero que bien. Este video se me ocurrió hace unos días en los que anduve pensando y procesando muchas cosas que me fueron pasando a lo largo de mi vida, y va con el objetivo de descargarme, sacarme un peso de encima y dejar ir una etapa en la cual no la pasé bien y también poder dejar un mensaje o una reflexión sobre cómo enfrentar una situación difícil, puede hacer que te des cuenta de lo que es realmente importante en la vida. 

Con esto que estoy por contar no pretendo dar ninguna lección, sino que simplemente lo hago porque lo creo necesario para mi bienestar general y quizás a alguien le pueda servir. No quiero olvidarme de decirles nada de lo que hace unos días pude sentarme a escribir y por eso, para que no pierda su esencia, me gustaría leérselos:

 Es necesario ponerlos en contexto con lo que me sucedió y que me llevó a hacer esta reflexión. Muchas personas ya saben quién soy, pero para quien no, le cuento que soy deportista de alto rendimiento y hace ya casi 8 años que represento al país en Natación Paralímpica. He vivido infinidades de experiencias, la mayoría de ellas inolvidables, pero también algunas muy difíciles. En este caso quiero hablarles sobre el año que para mí fue el más difícil de toda mi carrera deportiva y también cotidiana, el 2019. 

Todo comienza unos meses antes, en agosto del 2018 específicamente, el año donde había tenido mi mejor año a nivel deportivo. Siempre desde que empecé a competir estuve acostumbrado a que los resultados se dieran rápidamente, a mejorar cada año un poco más y a que la gente y los medios hablen de mí y de mis logros. Eso a la larga me terminó mal acostumbrando. El 8 de Agosto de ese año debí realizarme una cirugía muy importante para mi salud y el bienestar de mi vida cotidiana, y que fue muy delicada y larga, pero que salió de forma excelente. El pos-operatorio fue muy duro de superar, fue más de una semana internado sin casi poder comer ni beber y 1 mes sin casi poder moverme por mis propios medios...fue como volver a nacer, a tener que volver a empezar todo desde cero, lo cual repercutió de una forma muy negativa en mi autoestima y me dañó mucho psicológicamente. A la hora de volver a movilizarme y después a nadar, me di cuenta de que ya no me sentía el mismo, ya no era yo, no sentía que mi cuerpo fuese mío, todo eso hizo que termine cayendo en un periodo de depresión del que me costó muchísimo salir. Por fortuna ese sentimiento fue disminuyendo, pero sólo por un tiempo. Bastó con tener que volver a competir y a meterme en el que hasta ese momento era mi lugar, en el que siempre me sentí seguro, para darme cuenta de que ya no era así, y sentir que todo había cambiado. Ya no me salían los tiempos, ya no disfrutaba, sentía que muchos ya se habían olvidado de mí, no me sentía bien en el agua, y eso hizo que la frustración volviera a atacarme. Ir a entrenar se volvió una tortura constante, no era feliz con lo que estaba haciendo, o más bien con cómo lo estaba haciendo, me sentía inferior a los demás, a mis rivales y hasta a algunos de mis compañeros de equipo. Había veces que no le encontraba sentido ni a salir de mi propia casa, poder dormir me resultaba casi imposible y el vacío que sentía era cada vez más grande, todo ese infierno que les acabo de contar duró alrededor de casi un año. 

¿Pero saben? No hay mal que por bien no venga dicen por ahí, toda esa pesadilla me hizo darme cuenta de lo equivocado que estuve durante todos esos años. Con ayuda psicológica y rodeado del amor de mi familia pude salir de ese bloqueo y darme cuenta de que todo eso que me rodeaba en su momento, entrevistas, becas, medallas, reconocimientos y “fama”, que yo pensaba que era lo que marcaba la diferencia, si bien no voy a negar que era gratificante, no era lo que me definía como persona. El haberme cegado de esa manera fue lo que realmente me hizo caer en ese pozo todo este tiempo, y yo pensando que la cirugía era la que había arruinado mi vida. TODO LO CONTRARIO, me hizo recapacitar y darme cuenta de que lo importante era algo mucho más allá, el hecho de poder tener el privilegio de representar al país, conocer lugares de todo el mundo y conocer personas maravillosas con muchas de las cuales construimos una gran amistad. Tengo una familia que me ama y amigos de verdad que me apoyan en cada momento pase lo que pase, eso es mi éxito, ¿QUÉ MAS PUEDO PEDIR? Todo lo más valioso lo tuve siempre delante mío y en su momento no lo supe ver, encerrarme en mí mismo, creer que lo importante era un premio, o el ser conocido o lograr una simple marca, y el no poder conseguir todo lo deseado me produjo un enojo tan grande que me llevó a tener problemas con personas que no se lo merecían. 
Pude también aprender que compararme con los demás fue siempre mi mayor defecto, el otro es otro, y yo soy yo. Me comió la cabeza la competencia a tal punto de que me hizo olvidar de lo más importante, DISFRUTAR, eso que siempre había sido mi mayor objetivo. 

Quizás el 2019 haya sido mi peor año, pero sin duda fue del que más aprendí y reflexioné. ¿Qué aprendí? Que no soy un resultado, no soy una medalla, mucho menos un tiempo marcado en un cronómetro, ni tampoco lo que los demás puedan pensar de mí. Soy mucho más que eso. Aprendí a quererme y valorarme, a hablar de lo que siento, a pedir ayuda cuando sólo no puedo, a dar siempre lo mejor de mí, a disfrutar al máximo del camino recorrido y a saber que muchas veces un bronce vale más que un oro, cuando para conseguirlo superaste mil obstáculos y pusiste tu vida para lograrlo. Que nunca hay que olvidarse de donde uno viene, y que antes que cualquier otra virtud está la humildad. De nada sirve todo el éxito y reconocimiento del mundo si uno no es agradecido y buena persona. Las cosas más valiosas no siempre se ven por la tele y tampoco son materiales. Lo más valioso, sin dudas, son nuestros valores y es lo que nos define y nos hace realmente grandes.

 Este...es el verdadero éxito”.