lunes, 7 de junio de 2021

El Sargento Ariel Atamañuk representará al país en paracanotaje, en los Juegos Paralímpicos de Tokio.

El paracanotaje contará con la presencia de los argentinos Ariel Atamañuk, en la categoría VL3 200 metros y Lucas Diaz Aspiroz en el KL1 200 metros en los Juegos Paralímpicos de Tokio, que se llevarán a cabo este año.

Atamañuk había conseguido la plaza para Tokio luego de finalizar cuarto en la Copa del Mundo en Hungría. Después en el Selectivo Nacional, llevado a cabo en Tigre se quedó con su lugar para los Juegos Paralímpicos. 

Ariel Atamañuk, no sólo se dedica al deporte. Este año es muy especial para él, no sólo por representar al  país en los Juegos Paralímpicos, sino también porque integra la Gendarmería Nacional y ha sido ascendido a la jerarquía de Sargento de la Nación Argentina. En el 2015, conducía un ómnibus de Gendarmería por la Ruta 9 y se le cruzó un camión, realizó una maniobra que le salvó la vida a 34 compañeros. Y en su proceso de rehabilitación se acercó al paracanotaje. Su esposa, Viviana Cabrera,  también es Sargento y es su compañera fiel en toda su carrera deportiva y en la Gendarmería Nacional. 

El oriundo de Misiones, compartió con Noti-Amateur Sports sus inicios en el paracanotaje, cómo está entrenando para los Juegos Paralímpicos y lo que significa para él integrar la Gendarmería Nacional. 



-¿Cómo fue la preparación para la Copa del Mundo que te llevó a asegurar una plaza para Tokio 2020?

-Fue bastante intensa ya que entrenábamos de lunes a sábados. Lunes, miércoles y viernes, doble turno . A la mañana y tarde teníamos estímulo de agua y gimnasio. Son entre seis a siete horas diarias. Martes, jueves y sábados hacíamos un turno y gimnasio. A ésto, se agrega un acompañamiento de una dieta y estar siempre atento al descanso. Se debe encontrar un equilibrio físico, mental y que la ansiedad no juegue en contra del intento de mejorar. 

-¿Te afectó la pandemia al momento de entrenar?

-La pandemia, para todos, fue algo imprevisto a la hora de entrenar. Yo por suerte tengo en mi casa un simulador de kayak que me permitió seguir el trabajo de estímulo de agua pero en seco, no es lo mismo pero funciona. Además utilicé para entrenar la bicicleta de mano, el rodillo para hacer aeróbico y material para hacer gimnasio. La verdad que hice una buena cuarentena en casa, cuidándome en las comidas y entrenando a conciencia a full de lunes a sábados con el entrenamiento que me pasaba el entrenador Alejandro Druziuk. Prácticamente no paré en cuarentena hasta volver al agua más o menos en agosto del año pasado.

-¿Cómo fueron tus inicios en el paracanotaje?

.Mis comienzos los di en la escuela de canotaje en Córdoba, en ese entonces vivíamos en Jesús María y viajábamos a Carlos Paz donde estaba la escuela. En el 2019 pudimos venir a Buenos Aires donde empecé un entrenamiento más intenso, acorde al alto rendimiento, entrenando todos los días en la pista nacional de remo y canotaje. Me inicié en Córdoba y por una cuestión de distancia entre Jesús María  y Carlos Paz que me quedaba lejos el agua, decidimos venir a Buenos Aires para tener la pista, agua y gimnasio a disposición y estar bajo las órdenes del entrenador nacional y creo que fue el gran paso para poder estar en los Juegos Paralímpicos. 

-¿Hace cuánto estás en Gendarmería?

-Llevo 16 años en la Fuerza, hoy mi jerarquía es la de Sargento. 

-¿Con respecto a lo sucedido en el 2015, volverías a reaccionar de la misma manera? 

-Sin duda volvería a hacerlo. Porque mi forma de pensar no cambia la situación. En ese momento yo era el responsable del vehículo y de mis compañeros. Era el único que podía impedir un daño mayor, así que creo que sí, lo volvería a hacer. La rehabilitación fue muy dura, para mí y para mi esposa. Yo trato de intentar hacer de la mejor manera mi trabajo, también lo pienso en los entrenamientos. Seguro lo volvería a hacer y mi esposa me acompañaría en este período. 

-¿Seguís en contacto con alguno de ellos?

-Con algunos,  me escriben por facebook o redes sociales. En ese momento había gente joven que hoy siguen su carrera. Sí, hay alguien a quien siempre tengo presente, es mi compañero que falleció en el accidente, a él y su familia los tengo presentes  en mis pensamientos cada vez que voy a competir.

Los Sargentos Ariel Atamañuk y su esposa Viviana Cabrera


-¿Qué significa para vos ser Sargento de la Nación?

-Siempre decimos que la mejor jerarquía dentro de la Fuerza es la de Sargento. Es, en lo profesional,  como estar a mitad de camino en esta Institución. Para mí es un honor muy grande ser parte de la Gendarmería Nacional, siempre lo digo. Es un orgullo vestir el uniforme, y hoy siento ese mismo orgullo al vestir la camiseta argentina y poder representar al país en un Juego Paralímpico. Intentaré hacer lo mejor para tener una buena participación y si se puede, darle una alegría a toda la Argentina, eso sería genial.

-A pesar de la pandemia ¿cómo estás viviendo este 2021?

-Para mi este 2021 es muy bueno, en lo deportivo y en lo profesional. Siempre intento vivirlo de la mejor manera, con la familia. Estoy disfrutando cada logro y planteando cada objetivo en vista,  para  poder lograrlo en conjunto. Individualmente se hace muy difícil poder afrontar el día a día, más en un deporte tan sacrificado, porque tiene muchas horas de entrenamiento y se sacrifica mucho a la familia por no compartir tanto tiempo con ellos. 

-¿Qué sueños tenés por delante?

-En lo deportivo, el principal sueño que tengo enfrente es una buena participación en los Juegos Paralímpicos,  intentar dejar todo y que eso sea producto o consecuencia del resultado. No voy con presiones ni nada,  sino quiero buscar la mejor participación. Y después veremos cómo se continúa en este deporte y a qué puedo llegar a aspirar. Con respecto a los sueños con la familia, siempre está el intentar agrandarla. Lo importante es buscar un equilibrio en lo deportivo y lo familiar para que todo fluya.

-¿Qué mensaje querés transmitir?

-Siempre es lindo transmitir que las cosas que nos pasan en la vida nos dan una segunda oportunidad y hay que saber aprovecharla. Con un poco de voluntad se pueden lograr muchas cosas, como lo logré yo.