El nadador paralímpico dejó un mensaje en su cuenta de Instagram @facuarregui7. Allí compartió cómo pasó de tener un gran año deportivo con medallas, con entrevistas, con gente a su alrededor a tener que atravesar una operación y cuando volvió a nadar se encontró que todo lo que consideraba bueno ya no lo podía alcanzar. Gracias al apoyo de la familia y de un psicólogo pudo darse cuenta de lo que verdaderamente era importante para él.
En diálogo con Noti-Amateur Sports expresó todo lo que vivió desde fines del 2018 donde comenzó su buen momento deportivo, hasta el 2019 donde atravesó un momento difícil y cómo llegó a valorar las cosas importantes de la vida. Ahora Arregui se encuentra entrenando con la mente puesta en los Juegos Paralímpicos Tokio 2021.
-¿Qué te sucedió en el 2019 donde considerás que no tuviste un buen año?
-Fue en realidad todo un cúmulo de cosas. Venía de un 2018 excelente a nivel deportivo y el hecho de haberme realizado esa cirugía tan importante para el bienestar de mi vida cotidiana hizo que tuviera un retroceso en mi rendimiento y eso a la vez llevó a que entrara en un periodo de frustración muy fuerte. El hecho de no sentirme el mismo de antes me llevó a perder un poco la confianza en mí mismo.
-¿Quiénes te ayudaron en ese momento?
-Sin duda los que me ayudaron a salir y estuvieron siempre cuando los necesité fueron mis familiares, mis amigos más cercanos y mi psicólogo, este último y mis padres sin dudas fueron los que más me ayudaron a salir de esa situación.
-¿Por qué decidiste hacer un video para compartir lo que te pasó?
-Decidí hacerlo porque sentía que era una buena forma de dar ese último paso para sanar por completo y darle un cierre final a esa etapa de mi vida. Además consideré que podía llegar a servir para dejar un mensaje a aquellas personas que hayan pasado o estén pasando por algo similar a lo que yo pasé.
-¿Cuál es tu próximo objetivo?
-Estamos entrenando con miras a los próximos Juegos Paralímpicos en Tokio el año que viene. La verdad que venimos muy bien y con mucho ánimo. Espero llegar lo mejor posible y sobre todo disfrutar a pleno esa experiencia.
-De lo que aprendiste en este tiempo ¿Qué considerás qué es el éxito?
-Creo que es muy difícil definir que es el éxito, es un término muy amplio y creo que eso depende como uno lo mire desde su experiencia. Bajo mi punto de vista yo considero que el éxito es poder ser feliz con lo que uno hace, sentirse pleno y confiado de que se está en el lugar correcto. No veo el éxito como algo ligado a un resultado ni nada concreto, sino como una sensación de bienestar que coincide entre uno mismo y su entorno y con todo lo que va sucediendo alrededor del mismo y con el paso del tiempo.
El nadador Facundo Arregui, escribió un texto con el cual armó un video para compartir lo que vivió, lo que aprendió y lo que realmente importa a valorar en la vida.
“Lo que realmente importa”
“Hola, ¿cómo están? Espero que bien. Este video se me ocurrió hace unos días en los que anduve pensando y procesando muchas cosas que me fueron pasando a lo largo de mi vida, y va con el objetivo de descargarme, sacarme un peso de encima y dejar ir una etapa en la cual no la pasé bien y también poder dejar un mensaje o una reflexión sobre cómo enfrentar una situación difícil, puede hacer que te des cuenta de lo que es realmente importante en la vida.
Con esto que estoy por contar no pretendo dar ninguna lección, sino que simplemente lo hago porque lo creo necesario para mi bienestar general y quizás a alguien le pueda servir.
No quiero olvidarme de decirles nada de lo que hace unos días pude sentarme a escribir y por eso, para que no pierda su esencia, me gustaría leérselos:
Es necesario ponerlos en contexto con lo que me sucedió y que me llevó a hacer esta reflexión. Muchas personas ya saben quién soy, pero para quien no, le cuento que soy deportista de alto rendimiento y hace ya casi 8 años que represento al país en Natación Paralímpica. He vivido infinidades de experiencias, la mayoría de ellas inolvidables, pero también algunas muy difíciles. En este caso quiero hablarles sobre el año que para mí fue el más difícil de toda mi carrera deportiva y también cotidiana, el 2019.
Todo comienza unos meses antes, en agosto del 2018 específicamente, el año donde había tenido mi mejor año a nivel deportivo. Siempre desde que empecé a competir estuve acostumbrado a que los resultados se dieran rápidamente, a mejorar cada año un poco más y a que la gente y los medios hablen de mí y de mis logros. Eso a la larga me terminó mal acostumbrando.
El 8 de Agosto de ese año debí realizarme una cirugía muy importante para mi salud y el bienestar de mi vida cotidiana, y que fue muy delicada y larga, pero que salió de forma excelente. El pos-operatorio fue muy duro de superar, fue más de una semana internado sin casi poder comer ni beber y 1 mes sin casi poder moverme por mis propios medios...fue como volver a nacer, a tener que volver a empezar todo desde cero, lo cual repercutió de una forma muy negativa en mi autoestima y me dañó mucho psicológicamente. A la hora de volver a movilizarme y después a nadar, me di cuenta de que ya no me sentía el mismo, ya no era yo, no sentía que mi cuerpo fuese mío, todo eso hizo que termine cayendo en un periodo de depresión del que me costó muchísimo salir.
Por fortuna ese sentimiento fue disminuyendo, pero sólo por un tiempo. Bastó con tener que volver a competir y a meterme en el que hasta ese momento era mi lugar, en el que siempre me sentí seguro, para darme cuenta de que ya no era así, y sentir que todo había cambiado. Ya no me salían los tiempos, ya no disfrutaba, sentía que muchos ya se habían olvidado de mí, no me sentía bien en el agua, y eso hizo que la frustración volviera a atacarme. Ir a entrenar se volvió una tortura constante, no era feliz con lo que estaba haciendo, o más bien con cómo lo estaba haciendo, me sentía inferior a los demás, a mis rivales y hasta a algunos de mis compañeros de equipo.
Había veces que no le encontraba sentido ni a salir de mi propia casa, poder dormir me resultaba casi imposible y el vacío que sentía era cada vez más grande, todo ese infierno que les acabo de contar duró alrededor de casi un año.
¿Pero saben? No hay mal que por bien no venga dicen por ahí, toda esa pesadilla me hizo darme cuenta de lo equivocado que estuve durante todos esos años.
Con ayuda psicológica y rodeado del amor de mi familia pude salir de ese bloqueo y darme cuenta de que todo eso que me rodeaba en su momento, entrevistas, becas, medallas, reconocimientos y “fama”, que yo pensaba que era lo que marcaba la diferencia, si bien no voy a negar que era gratificante, no era lo que me definía como persona.
El haberme cegado de esa manera fue lo que realmente me hizo caer en ese pozo todo este tiempo, y yo pensando que la cirugía era la que había arruinado mi vida. TODO LO CONTRARIO, me hizo recapacitar y darme cuenta de que lo importante era algo mucho más allá, el hecho de poder tener el privilegio de representar al país, conocer lugares de todo el mundo y conocer personas maravillosas con muchas de las cuales construimos una gran amistad. Tengo una familia que me ama y amigos de verdad que me apoyan en cada momento pase lo que pase, eso es mi éxito, ¿QUÉ MAS PUEDO PEDIR? Todo lo más valioso lo tuve siempre delante mío y en su momento no lo supe ver, encerrarme en mí mismo, creer que lo importante era un premio, o el ser conocido o lograr una simple marca, y el no poder conseguir todo lo deseado me produjo un enojo tan grande que me llevó a tener problemas con personas que no se lo merecían.
Pude también aprender que compararme con los demás fue siempre mi mayor defecto, el otro es otro, y yo soy yo. Me comió la cabeza la competencia a tal punto de que me hizo olvidar de lo más importante, DISFRUTAR, eso que siempre había sido mi mayor objetivo.
Quizás el 2019 haya sido mi peor año, pero sin duda fue del que más aprendí y reflexioné. ¿Qué aprendí? Que no soy un resultado, no soy una medalla, mucho menos un tiempo marcado en un cronómetro, ni tampoco lo que los demás puedan pensar de mí. Soy mucho más que eso. Aprendí a quererme y valorarme, a hablar de lo que siento, a pedir ayuda cuando sólo no puedo, a dar siempre lo mejor de mí, a disfrutar al máximo del camino recorrido y a saber que muchas veces un bronce vale más que un oro, cuando para conseguirlo superaste mil obstáculos y pusiste tu vida para lograrlo. Que nunca hay que olvidarse de donde uno viene, y que antes que cualquier otra virtud está la humildad.
De nada sirve todo el éxito y reconocimiento del mundo si uno no es agradecido y buena persona. Las cosas más valiosas no siempre se ven por la tele y tampoco son materiales.
Lo más valioso, sin dudas, son nuestros valores y es lo que nos define y nos hace realmente grandes.
Este...es el verdadero éxito”.
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